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sábado, 8 de febrero de 2014

CAPÍTULO 2. "Pasado Vengativo"

Menuda gloria, creo que era el primero de muchos días que podía dormir hasta las 12 de la mañana.
Pero como siempre, los sueños, sueños son, y por eso, interrumpiendo el mío, sonó el teléfono.
La verdad es que el ver que la llamada era de Iris y no del trabajo mejoró mi mal despertar.
- Dime Isis - dije entre grandes bostezos.
- Se te ve cansada.
- Es lo que tiene acostarse tarde. ¿Qué querías?
- No me mandaste las fotos- dijo molesta.
- Perdona - suspiré entreabriendo los ojos - estaba agotada. Te las mandaré en cuanto me levante y encienda el ordenador.
- Perfecto.
- Hasta luego Isis.
- Adiós.
Os preguntaréis por qué Isis y yo no hablábamos por Whatsapp o Facebook. Ambas le cogimos bastante asco a ese tipo de redes sociales, aunque no recuerdo el motivo de ello.
Desde aquel entonces, las facturas de teléfono eran números interminables gracias a las tarifas internacionales contratadas a través de nuestras diferentes operadoras.

El móvil comenzó a sonar.
- JODER, NO PUEDE SER - dije pensando en voz alta.
En ese instante cambié mi estado de ánimo e intenté ser amable.
-  Tryson. ¿Dígame?
- Buenos días Tryson - dijo Clart también entre bostezos - me acaba de llamar Claire contándome un rollo inmenso de cosas extrañas de las que sólo he entendido "cadáver" y "Camden Town". Por lo que deduzco que el cadáver estará allí.
- Ah, genial - dije irónicamente.
- ¿Te paso a recoger en 10 minutos y vamos directamente?
- Sí, perfecto Clart, muchas gracias.
Colgué.

Ducharse, vestirse, arreglarse y desayunar en 10 minutos ya era demasiado de por sí, imaginad cuando me acordé de las fotos que había quedado en enviar a Isis sobre el apartamento...
- No me dará tiempo - pensé.
Decidí enviarla un SMS, no podría soportarla otra vez al teléfono.
                                       
                 Tengo trabajo, te mandaré las fotos en cuanto tenga tiempo. Ya se que últimamente mis promesas fallan, pero te lo vuelvo a prometer.
Un beso ^^

- Buenos días Clart - dije aún medio dormida a medida que entraba en aquel 4x4 enorme.
- Buenos días Tryson. No se nada del cadáver aparte de lo que te he dicho por teléfono. Así que vamos allá.
Clart se tiró todo el viaje hablando prácticamente solo, supongo que para intentar hacer la situación más cómoda, cosa que no ocurrió.
A medida que recorríamos los barrios de Londres con dirección a Camden Town, recordaba mi adolescencia cuando soñaba con vivir justo donde vivo y tener el trabajo que tengo.
Camden había sido uno de mis rincones favoritos del mundo desde que conocí el lugar a los 10 años. A medida que nos acercábamos más al lugar del crimen íbamos mirando las tiendas... Me sabía el nombre de todas, las había visto y recorrido enteras unas cien mil veces junto a Isis. En ese momento me acordé de ella, y me prometí a mí misma que haría el papeleo de lo del piso lo antes posible para tenerla conmigo cuanto antes.
Clart me sacó de mi nube de pensamientos cuando me preguntó si antes de ver el cadáver quería entrar a comprarme un café en aquella tienda pequeñita de la esquina. A lo que, sin duda, respondí que sí.

Me llevó un par de minutos acabarme el café cuando de repente apareció Claire diciéndome que ya era hora de ir echando una vista a la víctima.
- Tendría entre 16 y 18 años - me dijo.
- ¿Has determinado ya la causa y la hora de la muerte? - pregunté.
- Esta chica llevaba muerta más de 48 horas, sobre la causa... Bueno, a simple vista tiene 3 disparos en el pecho, pero hasta que no me lleve el cuerpo al laboratorio no podré verificar nada.
- Cierto. Ah, ¿por qué tiene la cara tapada con una manta de esas tuyas? - pregunté.
- Bueno, te digo yo que ni para ti ni para mí sería agradable ver su desfigurado rostro, así que hemos decidido tapar la cara de momento - me respondió.
Tarde o temprano acabaría viendo la cara de esa víctima, así que asintiendo, no le di importancia al tema.

Las primeras pistas de este caso decidimos seguirlas desde comisaría, ya que prácticamente todo era averiguar datos sobre la víctima para lo primero, poder identificarle.
Si llevaba más de 48 horas muerta, alguien tenía que haberse dado cuenta de su ausencia en los últimos dos días, así que Dobson se encargó de sacar los datos sobre personas desaparecidas en los últimos días en Londres. Lo que resultaron ser unas 160 personas, que reduciendo al área a donde habíamos encontrado al cuerpo, nos dio 3 personas. Las 3 de rasgos femeninos. Dos de ellas eran de latinoamérica, y la tercera era del mismo Londres.
Aunque, tal y como había dicho Claire el rostro estaba desfigurado y era mejor no apreciarlo, pude comprobar que la víctima era de pelo negro azabache, lo que nos descartaba a la londinense y a una de las chicas latinoamericanas, dejándonos así a una chica morena de ojos marrones oscuros, cuyo nombre era Mandy Styes.
- ¿Y si comprobamos la foto de Mandy Styes con el cadáver? - pregunté.
- Claire ha dicho que el rostro está completamente desfigurado, sería imposible descifrar si es ella realmente o no - respondió Clart.
- Entonces llamaremos a su familia, le entregaremos la ropa que llevaba nuestra víctima y si la reconocen confirmaremos que es Mandy Styes - respondí.
- Claire te llama desde abajo Tryson - me dijo Dobson.
- Vale, gracias, ya bajo.
No había tiempo de ir al gimnasio con tanto trabajo pero estoy segura que de tanto subir y bajar pisos hacía el mismo ejercicio que si hubiese estado apuntada a uno.
- ¿Qué tienes para mí Claire?
- Tengo una víctima, mujer, de entre 16 y 18 años como te dije, de pelo negro, con 3 disparos en el pecho y el rostro completamente quemado - me respondió.
- Creemos ya saber quien es la víctima, Clart está hablando con su familia para que vengan a ver si pueden reconocer la ropa que llevaba. ¿Has dicho quemado? - dije.
-  Sí, y no quemado del sol o de algún producto, si no de haber tenido la cara incendiada.
-  Definitivamente el asesino no quería que identificásemos a la víctima... - respondí.

Volvimos al escenario del crimen donde encontramos los cartuchos de las balas.
- Un momento - dije - este tipo de cartuchos estuvieron en servicio hasta 1985 en Estados Unidos, donde en esa fecha se sustituyeron por los 9 x 19. Estos cartuchos están diseñados para la pistola M1911... Clart, llama a Dobson, dile que mire en el registro cuantas personas de la capital o de los alrededores tienen acceso a armas de colección de la Primera o Segunda Guerra Mundial.
- Vale - me respondió.

Fui yo quien habló con la familia de la víctima, que nos confirmó que el jersey azul oscuro y los pantalones negros de cuero eran de Mandy Styes. No parecían demasiado sorprendidos de lo que le había sucedido a Mandy, así que decidí intentar averiguar un poco.
- No parecen ustedes muy sorprendidos de la noticia - dije.
- Bueno - me respondió la madre - Mandy no se llevaba muy bien con nosotros y se pasaba la mayoría del tiempo fuera de casa. Prácticamente no la veíamos en ningún momento.
- ¿Mandy iba al instituto? - pregunté.
- No, dejó los estudios hace meses - me respondió el padre.
- ¿Y sabrían ustedes decirme dónde o con quién estaba su hija cuándo no estaba en casa? - pregunté.
- Sí, la mayoría del tiempo se iba con sus amigos... Joseph Breitol, John Kingston, Cassandra Plent... -  me respondió la madre como si tuviese una lista de personas en su cabeza.
Dobson había apuntado todos los nombres, así que nos despedimos de la familia y comenzamos a investigar sobre estos amigos. Todos eran mayores de edad y habían estado detenidos alguna vez.
- Menudo expediente tiene el tal John Kingston - dijo Clart a medida que me acercaba a comprobar lo que decía.
- Posesión de drogas, estafa, robo, intento de asesinato, agresión... - fui leyendo en la pantalla. - Muy bien, vamos a hablar con ese tal John Kingston, ¿tenemos su dirección?
Y Dobson señalando un papelito con la mano asintió.
John Kingston vivía en Chalk Farm, que casualmente era la parada anterior a Camden Town.
- John Kingston, policía, ¡abra la puerta! - gritó Clart llamando a su domicilio.
La puerta se abrió.
- ¿Sí? - dijo el tal John.
- Buenas tardes, somos de la policía, estamos investigando el crimen de Mandy Styes - dije - ¿podríamos hacerle unas preguntas?
John Kingston nos dejó entrar en su casa, y muy amablemente nos respondió a todas nuestras preguntas.
- ¿Mandy ha muerto? No me lo puedo creer - decía.
- John, espero que seas consciente de que dado tu expediente podrías convertirte en el primer sospechoso de este crimen - dijo Clart.
- ¿Yo? ¿Yo por qué? Las cosas que hice forman parte del pasado, se que no he podido recuperar la vida que tenía antes. Pero he madurado respecto a todo eso, ahora estoy planteándome volver a estudiar para poder tener un trabajo decente como el resto del mundo - respondió.
- ¿Dónde estuviste hace 2 días? - pregunté.
- Hace 2 días estaba en Liverpool, en casa de mis tíos, mi primo se ha roto la clavícula y fui a hacerle una visita para ver como estaba - respondió John.
- ¿Hay alguien que pueda verificar eso? - pregunté.
- Claro, mi familia, pero pueden ver mis recibos, los billetes de avión, las comidas, todo está ahí - dijo señalando su cartera.
- Muchas gracias - dijo Clart - de momento no intente salir del país.
Y nos fuimos.

- No es nuestro hombre - dije.
- ¿Cómo sabes eso? -  me respondió Clart.
- Sus palabras eran seguras, y los billetes de avión no eran falsos, de todas maneras llama a Dobson y dile que llame a esos tíos que tiene en Liverpool para comprobar su versión - dije.
- Está bien.

- Su coartada se confirma - dijo Dobson mientras entrábamos por la puerta de comisaría.
- Tal y como yo decía - dije mirando a Clart de reojo.
- Muy bien, ¿y ahora qué? - preguntó Clart.
- Bueno, - continuó Dobson - he estado investigando sobre los otros dos amigos de Mandy que nos dijo su madre... Em, Joseph Breitol y Cassandra Plent.
- ¿Y bien? - dije.
- Resulta, que, esto os va a resultar muy curioso, mirad, venid - dijo yendo hacia su mesa para que viésemos lo que ponía en el ordenador - resulta que ambos, Joseph y Cassandra, se fueron hace 2 días de viaje a Suiza, tienen que estar al llegar en el aeropuerto.
- Al aeropuerto que vamos - dije saliendo de la comisaría otra vez.

El aeropuerto estaba lleno de gente, y de paparazzi, y la prensa, y TODO EL MALDITO MUNDO. No tengo ni idea de quien llegaba o salía de Londres pero debía de ser alguien importante. Como no venía preocuparse de esa tontería, pasé del tema y nos dirigimos al mostrador de llegadas para comprobar si el avión en el que viajaban había aterrizado. Dobson nos había dicho el número de vuelo, LC-59729.
- Aquí está - dijo Clart.
- Las maletas están saliendo ya, hay que darse prisa. Puerta T, 14, vamos.
Estuvimos esperando un rato comprobando las fotos que habíamos sacado del registro de Joseph y Cassandra con todos los que salían por aquella puerta hasta que salieron.
- ¿Joseph Breitol y Cassandra Plent? - pregunté.
- Sí, ¿quiénes son ustedes? - respondió Joseph.
- Somos de la policía, investigamos el crimen de Mandy Styes, por favor, si nos acompañan a comisaría querríamos hacerles unas preguntas - dijo Clart amablemente.
- Por supuesto - respondió Cassandra.
Una vez en comisaría las cosas se nos empezaron a ir de las manos, Joseph y Cassandra se tomaron nuestras preguntas como si les estuviésemos acusando directamente del asesinato de Mandy, lo que provocó una oleada de gritos en la sala de interrogatorios por parte de todo el mundo.
- Nosotros no tenemos nada que ver - decía Joseph.
- ¡No sabíamos nada de la muerte de Mandy hasta que nos lo han dicho ustedes! - replicaba Cassandra enfadada y molesta.
Cansada de ver al otro lado de la pared lo que sucedía dentro de la sala de interrogatorios, entré yo misma y le hice a Clart una seña para que él saliese.
- Joseph, Cassandra - dije mirándoles a los ojos mientras me sentaba en frente suyo - en ningún momento os hemos acusado de asesinato, simplemente tiene que ser una gran coincidencia que salieseis del país el mismo día en que Mandy aparece muerta al lado de la parada de metro de Camden Town, ¿no?
- ¿Camden Town? - preguntó Cassandra - Mandy nunca iba por Camden Town más que cuando salía conmigo una vez al mes de compras - dijo.
- Según tengo entendido, John Kingston vive muy cerca de allí, ¿creéis que podría haber quedado con él a tomar algo por allí? - pregunté.
- No - respondió Joseph - esos dos no quedarían juntos solos en la vida.
- ¿Por qué dices eso? - pregunté.
- Simplemente nosotros dos somos los que hemos unido al grupo desde siempre - respondió Cassandra - nunca quedarían por su voluntad.
- Entiendo - dije - pero sigo sin poder descartaros como sospechosos si no me explicáis por qué salisteis del país, el mismo día que Mandy muere, y además juntos.
- Ayer hizo 1 año que empezamos a salir juntos, quería darle una sorpresa y me la llevé de viaje - respondió Joseph inmediatamente.
- Comprobaré eso, pero de momento, os digo lo mismo que a vuestro amigo John, ni se os ocurra salir del país, y mucho menos de la ciudad - respondí en tono amenazador mientras me iba.
Al salir de la sala, Clart y Dobson estaban parados mirándome.
- ¿Y bien? - preguntaron los dos al unísono.
- Según los dos que están ahí dentro se fueron a Suiza a celebrar su primer año juntos, necesitamos comprobar eso, vamos a llamar a John Kingston, si Cassandra y Joseph estaban juntos él tendría que saberlo - respondí.

- Se confirma - dijo Dobson - según John llevaban saliendo un año.
- No tenemos nada - dije mirando desesperadamente todos los papeles que había sobre la mesa - se nos pasa algo, lo tenemos aquí delante y no lo estamos viendo. Necesito que llaméis a la familia de Mandy otra vez para que venga, seguro que podemos sacar algo de ahí.
- Claro - respondió Clart.
El cielo ya era un gran paraíso negro con su luna como gobernante, así que para desconectar llamé a Isis.
- Hola Isis.
- ¡Ey Min! No he sabido de ti en todo el día, ¿qué tal has llevado el día? - me preguntó.
- Bastante agotador, tengo un caso nuevo en el que todos los que creíamos que estaban involucrados tienen una coartada perfecta - respondí.
- Eso debe de ser, y con todo el perdón de la respuesta, una gran putada - dijo.
- Ni que lo digas, me estoy desesperando - respondí.
- ¿Qué hay de mis fotos? Ahora mismo podrías estar mandándomelas en vez de llamándome - me dijo.
- Sí, podría - respondí - pero para eso tendría que regresar a casa para encender el ordenador y mandarlas, y para cuando estuviese encendiéndolo, llamarían de comisaría a decir que tendrían una pista nueva sobre el caso, y tendría que volver a apagarlo y volverme para aquí.
- Menuda historieta te acabas de montar - me dijo Isis - yo me voy a la cama tal que ya que estoy agotada.
- ¿Tú agotada? - pregunté sorprendida.
- Te recuerdo que estoy pensando en escribir un libro y tengo que plasmar todas mis ideas en tinta y papel, eso lleva tiempo y es cansado -  respondió.
- Cierto. Descansa Isis.
- Gracias, ¡Y ACUÉRDATE DE MIS FOTOS!

Se me estaban empezando a cerrar los ojos cuando Dobson me avisó de que la familia de Mandy estaba de vuelta.
- Siento muchísimo haberles vuelto a traer aquí - dije - pero tenemos unos espacios en blanco en la vida de Mandy que necesitamos rellenar... Por ejemplo, ¿por qué Mandy dejó los estudios tan pronto? ¿No quería estudiar una carrera e ir a la universidad?
- A Mandy la expulsaron del instituto - respondió el padre - se volvió muy rebelde hace como un año y comenzó a tener problemas con el resto de las chicas de su clase. Al principio estaba dispuesta a empezar de cero en otro instituto para poder llegar a cursar una carrera en la universidad, pero ese propósito duró apenas dos días, luego decidió abandonar la idea.
- ¿Qué clase de problemas tenía con el resto de las chicas? - pregunté.
- No lo se - respondió - hablen con el director de ese instituto, se llama William Trisk, en el instituto Holloway Secondary School, aunque seguro que ustedes ya lo saben.
- Sí, gracias. Que tengan una buena noche, me pondré en contacto con él si surgen novedades.

Cuando la familia de Mandy se fue, fui a hablar con Dobson, le dije que buscase la dirección de William Trisk.
- No iremos a ir a casa de ese en medio de la noche, ¿no? - preguntó Clart.
- No pienso ir dejando los casos para los amaneceres, a veces hay que actuar de noche y tenemos un asesino por ahí suelto que ha matado a alguien con una pistola de la Primera Guerra Mundial - respondí mientras cogía a Clart por el brazo para salir de comisaría.

- Buenas noches señor William Trisk, sentimos despertarle, somos de la policía, estamos investigando el crimen de Mandy Styes y querríamos hacerle unas preguntas - dije.
Nos pasamos en casa de William Trisk unos 20 minutos. Nos contó que Mandy de un momento a otro había cambiado su carácter radicalmente. Estábamos de acuerdo en que la culpa de eso en parte la tenían los padres de ella porque la hacían muy poco caso.
- Según el padre de Mandy, la expulsaron porque tuvo problemas con alguna chica de su clase, ¿podría explicarme de que va todo eso? - le pregunté.
- Claro. Había una chica en su clase llamada Trista Miut, era la típica chica estudiosa de la clase, no tenía muchos amigos y no solía tener problemas. Pero Mandy empezó a cambiar su forma de ser y cada vez intentaba hacerle la vida más imposible a Trista en el instituto - respondió.
- ¿A qué se refiere con eso? - preguntó Clart.
- Bueno, comenzó a quitarle cosas, a burlarse de ella, a encerrarle en los baños... Una alumna tuvo el valor de venir a contármelo y como sabrán, ante esos sucesos hay que tomar decisiones - dijo.
- Por supuesto - respondí - muchas gracias por su tiempo y perdone las horas de visita nocturnas.

Llamamos a Dobson en cuanto entramos en el coche, le mandamos buscar hasta el último dato que pudiésemos descargar de Trista Miut para continuar investigando.
Estuvimos de vuelta en comisaría en menos de 10 minutos, pero la rapidez de Dobson nos superaba y tenía todo lo que necesitábamos saber.
- A ver - dijo Dobson - Trista Miut está actualmente en su primer año de universidad estudiando una ingeniería aunque debería estar en el último año de instituto, pero tenía unas notas muy altas, así que la subieron de curso. Su padre, Marlon Miut, es un coleccionista. Y atentos con lo que colecciona, armas de la Primera y Segunda Guerra Mundial.
- Ya está - dije - ha sido ella. Mandy le había hecho la vida imposible en el instituto, encontró la oportunidad de vengarse de ella demasiado cerca, así que cogió un arma de su padre y la mató. Vamos a casa de esa Trista Miut, si utilizó un arma de su padre tiene que haber huellas, y le tendrán que faltar las 3 balas que estaban en el cuerpo de Mandy.

- ¿Señor Marlon Miut?
-  Sí, soy yo - respondió.
- Somos de la policía, estamos investigando un crimen y necesitamos hacerle unas preguntas - dije.
- Por supuesto.
Entramos en la casa y mantuvimos Clart y yo una larga conversación con el señor Marlon. Nos confirmó que era coleccionista y que tenía una pistola M1911, pero que no era consciente de que se hubiese sacado de la vitrina, la cual estaba cerrada con llave. Al ir a comprobarlo, se encontró con la vitrina forzada, nos miró horrorizado, pero Clart le tranquilizó. Cogí el arma con un pañuelo para evitar contagiar las pruebas y la llevé al laboratorio. Mientras, Clart se quedó hablando con el señor Marlon, que también le confirmó la desaparición de 3 balas de esa pistola.
- Claire - dije - dime que la pistola tiene huellas y podemos verificar que fue esa chica quien ha matado a mi víctima.
- Tiene huellas - me respondió - pero no tengo con qué compararlas, necesitamos una muestra de ADN de esa chica y podré daros un resultado.
Cogí el móvil para llamar a Clart, que aún seguía en casa de la familia Miut.
- Clart, la pistola tiene huellas, pero necesito una muestra de ADN de Trista para poder comparar y ver si son suyas - dije.
- Vale, no hay problema - respondió.
A los 15 minutos Clart entró por la puerta con el cepillo de pelo de Trista para poder comprobar si era ella. 10 minutos después Claire apareció con los resultados.
- No es ella - dijo.
- ¿Cómo qué no es ella? - repliqué.
- No, pero hay un 70% de compatibilidad, lo que quiere decir que es familiar de Trista - dijo.
- ¿El padre? - pregunté mirando a Clart.
- Ni de coña  - respondió - estaba hundido pensando que su hija podría haber hecho algo así.
- La madre - dije - no sabemos nada de ella.
Clart y yo volvimos a casa de los Miut, todos dormían excepto Marlon, que sin ningún problema le dio a Clart el cepillo de dientes y éste volvió a comisaría a volver a comparar ADN otra vez mientras yo me quedaba con Marlon.
Se empezaron a oír ruidos en las habitaciones de arriba, lo que quería decir que había alguien despierto, en ese momento la mujer de Marlon, la señora Michelle, bajó por las escaleras.
- ¿Qué ocurre? - preguntó Michelle.
Comenzó a sonar mi móvil.
- ¿Dígame? - dije.
- Coincide - dijo Claire - es la madre de Trista.
Colgué.
-Señora Michelle Mells, queda detenida por el asesinato de Mandy Styes - dije mientras le ponía las esposas.
- Esa niña le hizo la vida imposible a mi hijita, llegaba llorando todos los días a casa, se lo merecía - decía Michelle.
Vi como Trista bajaba las escaleras y se reunía con su padre, éste le explicaba lo ocurrido, pero yo conduje a Michelle fuera de la casa y la metí en el coche.

- Buenas noches a todos - dije a los que aún quedaban de madrugada en la comisaría - buen trabajo a todos.

Me estaba metiendo en la cama a la hora en la que el sol salía, era deprimente, pero a la vez, me sentía orgullosa de mí misma cada vez que me metía en la cama sabiendo que había un loco menos por ahí sueltoo en el mundo.
- Las fotos - dije en alto.
Encendí el ordenador y busqué en mis imágenes. Luego abrí el internet, me metí en mi correo y le envié a Isis lo siguiente:

De: Minerva Tryson
Para: Isis Gallagher
Asunto: Piso guay para nosotras

Lo prometido es deuda, así que aquí te dejo las fotos del piso, espero que te guste. Te llamo cuando haya dormido lo suficiente que estoy metiéndome ahora mismo en la cama y son las 06:15 de la mañana, no me despiertes por favor. Un beso ^^






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