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sábado, 1 de marzo de 2014

CAPÍTULO 4. "La más mínima confianza puede ser tu asesina"

Respecto al caso del secuestro, mejor ni os cuento como se puso mi superior conmigo. Que si era una falta de respeto lo que había hecho, que si eso no se toleraba en la comisaría y menos yo que era la jefa del departamento... Etc. etc. etc.
Y como podréis comprobar, a mí me entró por un oído, y me salió por el otro. Es decir, que me dio exactamente igual. Al fin y al cabo yo cumplía mi trabajo, y cuando no había pruebas para continuar con un caso, se cerraba. ¿De dónde quería que sacase pruebas? ¿De la manga? Eso sí, si se encontraba una nueva pista, el caso se reabriría, pero para él lo hecho, hecho estaba.
En aquel momento pensé que podrían haberme despedido, (no tenían motivos) pero la forma en la que me gritaba mi superior... Por un momento me produjo pensar en ello y bajé mi tono de voz, intentando comprender su punto de vista. El que por cierto, sigo sin entender, pero que más da.

Pasaron los días y Londres estaba tranquilo, no había crímenes, (al menos no que yo tuviese que investigar) por lo tanto no había trabajo, algo bueno, supongo. Pero sin trabajo no hay sueldo, suerte que tenía un sueldo fijo y no dependía de cada crimen, si no, no habría llegado a fin de mes, ni siquiera a fin de semana.
Durante esos días "libres" aproveché para realizar la mudanza al nuevo piso, que primero parecía una cosa organizada, tal que así:


Luego empecé a empaquetar las cosas, y que si las cosas de cocinar, que si los cuadros, que si los pósters que eran sagrados para mí, que si las docenas de libros que tenía en la estantería para mi poco tiempo libre, que si los CDs, los DVDs, la televisión, el ordenador... Y doscientas mil cosas más... Al final quedó este desastre antes de salir por la puerta de casa:


Parecía que me mudaba de ciudad, o de país, pero no, me movía simplemente al otro lado de la ciudad. A esto tenéis que sumarle que empaqueté todo completamente sola, bueno no, miento, Clart y Dobson me ayudaron con un par de cosas... La televisión, algún que otro mueble que había comprado yo... Lo que pesaba, básicamente, los "cachas" eran ellos, yo... Yo de músculo, más bien poquito.

La casa nueva, bueno, piso nuevo, era una gozada, mucho espacio para mí sola, incluso sería mucho espacio para Isis y para mí. Agradecí haberme hecho cargo de encontrar piso nuevo en cuanto me senté a admirar las vistas. Desde la terraza se veía Londres entero, ya podía vernos a Isis y a mí haciendo fotos con la réflex como locas sólo para mandárselas a conocidos y darles envidia.
Había una habitación que sobraba, para lo que deduje que Isis tendría en mente alguna idea de esas suyas, así que ni la toqué. (LA HABITACIÓN, DIGO, NO PENSÉIS MAL.)
Así que después de dos días enteros de mudanza aquí mudanza allá, ¡ZAS! el maldito teléfono con la musiquita de la comisaría empezó a sonar. La canción que sonaba era una de Guns N'Roses para que no me disgustase tanto la idea de tener que responder al teléfono, pero creo que al final le cogí mucha tirria a la canción.
- Tryson - dije.
- ¿Cómo va la mudanza? -  preguntó Clart.
- Terminada ya, creo... - dije sonriendo viendo el desastre que aún había en aquel enorme salón.
- ¿Algo nuevo? - pregunté.
- Sí, un cadáver - dijo.
- No me digas, creía que me llamabas desde el teléfono de la comisaría para quedar a comer - dije irónicamente.
- Siempre tan bromista - respondió - este caso te va a gustar, ve al London Eye, los técnicos y Claire ya andan por ahí.
- ¿EL LONDON EYE? AY... - dije muy feliz.
Desde pequeña el London Eye me había vuelto loca, podía tirarme horas subida en aquella noria y haciendo miles de fotos... Una vez se me acabó la tarjeta de memoria de la cámara y mi madre casi me mata.
- Hasta ahora - dijo Clart riéndose.

Menudo atasco que me pilló ese día, eran las 11 o así de la mañana, y aún no se porque no cogía el transporte público, pero es que no me manejaba mucho con el metro, o "underground" por si alguno que lea esto puede presumir de ser "bilingüe".
Al llegar eso más que el escenario de un crimen parecía la Puerta del Sol de Madrid, gente por todos lados intentando cotillear sobre lo que había ocurrido, incluso la prensa. La prensa siempre intentaba andar de por medio en casos como este porque había sucedido en un lugar conocido e importante, lo que les daba más audiencia.
- ¡INSPECTORA TRYSON! ¡INSPECTORA TRYSON! - gritaban los periodistas - ¿PUEDE CONTARNOS QUÉ HA OCURRIDO?
- Paso, por favor - dije seriamente - no he llegado ni a ver el cadáver.
Nunca les había dicho mi nombre, pero eran los mismos periodistas siempre, así que supongo que acabaron escuchándolo y se lo fueron diciendo unos a otros.
- ¿Claire? - pregunté entre la multitud.
- Sí, sí, estoy aquí - decía Claire incorporándose en las puntas de sus pies para poder verme.
- ¿Qué ha ocurrido?
- Un señor iba paseando por aquí al lado cuando se percató de que había algo que caía de uno de los vagones de la noria, cuando se acercó pudo ver que era el cuerpo de una persona. Y la noria no estaba en marcha, así que llamó a la policía - me respondió - es ese que está hablando con Clart.
- Bien, ahora iré a hablar con ellos. Acerca del cadáver, ¿qué tenemos? - pregunté.
- Tenemos signos de estrangulamiento en el cuello y heridas en los nudillos en el cuerpo de un hombre moreno, alto y de unos 32 años, lo que puede llevarnos a una pelea - dijo.
- Vale, llévatelo al laboratorio a ver que más puedes averiguar de él.
- Por supuesto - respondió con una gran sonrisa.
Me dirigí a la zona de la derecha donde estaba Clart y el señor que había llamado a la policía para avisar del cadáver, se llamaba Christian Zayn y tendría ya unos 65 años. Le pregunté sobre lo ocurrido y me contó exactamente lo mismo que me había dicho Claire.
- Paseaba por aquí como hago todas las mañanas, porque a la gente mayor como yo, nos viene bien andar y despejarnos un poco, cuando me paré a admirar el London Eye. Me gusta observarlo porque mi nieto siempre me da la tabarra con subirse y al final siempre me convence - dijo - pero cuando me quedé mirando al vagón 6 de la noria, vi como algo caía de él, pensé que era ropa o algo así, pero me acerqué a verlo mejor y pude ver la silueta de un hombre, por lo que llamé a la policía.
- Muchas gracias señor Christian - dije - que tenga un buen día y espero que pueda continuar con su paseo.
- Denada agentes, y sí, eso espero, gracias - dijo mientras se escabullía entre la multitud.

- Aquí no tenemos más que hacer - le dije a Clart.
- Cierto, lo que hay de pruebas las tiene el cadáver que va en la camioneta dirección a comisaría y lo demás es cosa de los técnicos - dijo.
- Pues de vuelta - dije suspirando.

El tiempo en comisaría se hacía un poco largo, ya que todo lo que pudiésemos averiguar estaba en el cuerpo de aquel hombre, por lo que dependíamos de Claire.
Dobson se encargó de identificar a nuestra víctima, que se llamaba Richard Mellyson, había estudiado teatro y trabajaba en una pequeña agencia de actores en el centro.

- Mientras que Claire no me diga nada interesante, deberíamos ir a esa agencia donde trabajaba a ver si averiguamos algo - dije.
- En marcha - dijo Clart.

La agencia de actores donde Richard trabajaba era muy pequeña, pero muy bien decorada y muy acogedora. Estuvimos hablando con sus compañeros de trabajo y con el jefe de dirección. Casi nadie conocía a Richard de otra forma que no fuese por razones laborales.

Volvimos a comisaría con la esperanza de tener algo por parte de Claire, que nos dijo lo mismo que sabíamos ya...
- Lo único raro, por así decirlo, es que tenía un anillo de pedida en el bolsillo - me dijo Claire.
- Tiene que haber una novia entonces - dije.
- Sí - dijo Dobson entrando por la puerta - se llama Taylor Belmet.
- ¿Taylor Belmet? Vamos a buscarla - dije.

Dobson buscó su dirección y en menos de 10 minutos estábamos allí.
- ¿Taylor Belmet? - pregunté cuando abrieron la puerta.
- Sí, soy yo - respondió.
- Somos de la policía y estamos investigando un asesinato, querríamos hacerle unas preguntas - dije.
- ¿De la policía? Claro... Pasen - dijo.
- Mire Taylor, ¿usted mantenía una relación sentimental con Richard Mellyson? - pregunté.
- Sí, es mi novio desde hace años... - respondió - ¿por qué?
- Lo hemos encontrado muerto esta mañana en el London Eye, lo siento mucho - dije.
Taylor comenzó a llorar histéricamente y decidimos esperar a que se le pasase la noticia unos momentos. Cuando sus sollozos pararon un poco, le pregunté:
- ¿Está preparada ya?
- Sí - respondió entre sollozos.
- Bueno - dije - ¿su novio tenía algún enemigo o algún problema en general?
- No que yo supiese - respondió todavía con lágrimas en los ojos.
- Verá Taylor, su novio llevaba esto - dije mientras sacaba de mi bolso la cajita pequeña que me había dado Claire.
Taylor la abrió, y al comprobar que era un anillo de pedida estalló a llorar todavía más, mucho más.
- Taylor - dije - era un regalo para ti, creí que te gustaría tenerlo.
- Sí - dijo empapada de lágrimas.
- Clart - dije en bajo dirigiéndome hacia él - creo que lo último que necesita esta mujer en estos instantes es nuestra presencia, deberíamos irnos.
- Taylor - dijo Clart mientras se iba.
- Toma - le dije a Taylor - aquí tienes mi tarjeta por si necesitas algo o se te ocurre alguna cosa que pueda ayudarnos, te mantendré al tanto del caso, lo prometo.
Y nos retiramos.

De vuelta en comisaría todo eran problemas, no había pistas, ni testigos, ni huellas, ni nada de nada. Temía a no poder cerrar este caso como con el del secuestro, pero me negué a ello y me puse manos a la obra.
- No hay tiro, por lo que no hay balas - dije pensando en voz alta.
- Bravo - me dijo Claire sorprendiéndome por detrás - no hay balas, pero le estrangularon, para que alguien estrangulase a ese hombre, tenía que ser grande de envergadura, y fuerte, MUY fuerte - recalcó.
- Intentó defenderse ¿verdad? - pregunté.
- Sí, tal y como te dije al encontrar el cuerpo, tiene marcas en sus nudillos por haber luchado. Supongo que intentó resistirse pero le ganaron la batalla - me dijo.
- Su novia estaba destrozada, él iba a pedirla matrimonio... Estas situaciones me ponen muy triste a veces - dije.
- ¿Tryson triste? - dijo Claire sorpendida - eso es nuevo.
- Supongo - dije esbozando una sonrisa.
En ese momento sonó el teléfono de mi mesa de la comisaría. Miré a Claire y sorprendida cogí el teléfono.
- Agente Tryson - dije.
- Hola inspectora - dijo una voz femenina.
- Soy Taylor Belmet... Me gustaría hablar con usted - dijo aún en tono lloroso.
- Claro, Taylor, voy hacia tu casa, no te molestes en venir - dije. Y colgué.
- A ver si hay suerte y lo que tiene que contarme ayuda - le dije a Claire.
- Mucha suerte - me dijo sonriendo mientras volvía a su salita de cadáveres.
Conduje hasta casa de Taylor sin comunicárselo a Clart ni a Dobson, temía que Taylor se pusiese nerviosa con su presencia. Al llegar llamé a la puerta y Taylor cabizbaja me invitó a entrar.
- Verá agente Tryson... - me dijo.
- Por favor Taylor - dije - no me trates de usted. Y sólo tenemos que hablar si estás preparada para esto, será muy duro para ti.
- Supongo - dijo.
En ese momento supe que esa mujer sólo estaba comenzando un largo proceso de depresión y desesperación interna, ya que empezó una fase en la que ignorar era el primer paso.
- Yo tenía que estar ahí - dijo sacándome de mi nube de pensamientos.
- ¿Cómo dices? - pregunté.
- Habíamos quedado a las 9 de la noche allí, en el London Eye - me dijo.
- ¿Y por qué no estuviste ahí? - pregunté.
- Salí tarde de trabajar y no me dio tiempo a llegar. Le escribí un mensaje diciéndole que mejor quedábamos otro día, pero no me respondió. Pensé que se había enfadado y que por eso no me respondía... Hasta esta mañana cuando llegaron ustedes - dijo mientras volvían a caer lágrimas de sus ojos.
- Está bien, basta... - dije mientras la cogía de las manos - para ya, es suficiente...
- Gracias - dijo levantando la cabeza hacia mí y mirándome intensamente - gracias por preocuparte...
- Gracias por tu tiempo - dije - si necesitas algo, llámame, me encargaré de saber quien ha hecho esto - prometí.

Serían las 7 de la tarde cuando Claire, Dobson, Clart y yo volvimos a reunirnos donde el café para intentar sacar algo más del caso.
- La novia no es - dijo Clart.
- Obvio - respondí.
- ¿Qué hay de una ex novia? - dijo Dobson.
- ¿Ex novia? - pregunté.
- Sí - dijo Claire - ¿no puede haber una ex novia de él, o ex novio de ella que estuviese celoso de la relación?
- Lo dudo - respondí - llevaban demasiado tiempo juntos.
- Pero a lo mejor alguien se enteró de la proposición que iba a hacerle Richard a Taylor y quiso oponerse - dijo Clart.
- Localicemos a los padres de Richard y hablemos con ellos - dije.
- ¿Y a los de Taylor no? - preguntó Claire.
- Taylor ya les debe de haber llamado, he estado un rato con ella antes y creo que debe de haber anunciado la noticia ya - dije algo seria.
- Vale - dijo Dobson mientras se retiraba para localizar a los padres de Richard.
- Voy a ayudarle - dijo Clart sabiendo que Claire y yo necesitábamos hablar.
- ¿Te ocurre algo? - me preguntó Claire.
- El caso me ha deprimido un poco - confesé.
- ¿No hay nada más? - me dijo.
- Supongo - respondí confusa.
- Tryson... - dijo.
- A veces lo pienso y echo de menos todo aquello - respondí.
- ¿El qué? - dijo.
- Ser feliz Claire. Añoro tanto tener a alguien que me quiera y me lo diga todos los días como ocurría en su momento... - afirmé.
- Estoy segura de que algún día lo superarás - dijo abrazándome antes de que mis lágrimas comenzasen a caer - eh, ¿por qué lloras?
- Ha pasado demasiado tiempo y no he sido capaz de pasar página - dije entre sollozos - ¿por qué es tan difícil? Han pasado años y sigo recordando todo como si fuese ayer - repliqué.
- Es normal Tryson... Las cosas fueron demasiado para ti, lo entiendo - dijo.
- Déjalo - respondí - no importa - dije mientras me retiraba con la cabeza mirando hacia el suelo.

Serían las 8:30 pm cuando aparecí de nuevo por comisaría.
- ¿Dónde estabas? - me preguntó Dobson - Claire dijo que te fuiste a las 7:15 y no te volvió a ver.
- Tenía asuntos pendientes - respondí a Dobson evitando cualquier tipo de contacto visual.
- Está bien - dijo Dobson mientras me buscaba con la mirada - he localizado a los padres de Richard y ya tienen que estar al llegar.
- Bien - dije.
Los padres de Richard Mellyson aparecieron por comisaría destrozados por la noticia unos 5 minutos después. Les estuve preguntando sobre alguna ex novia con la que Richard pudiese haber tenido algún problema, pero ellos no tenían ni idea de nada de eso.
- ¿Sabían ustedes lo de la proposición de matrimonio? - pregunté.
- ¿Qué proposición? - dijo el padre de Richard.
- Su hijo, iba a proponerle matrimonio a Taylor - dije - encontramos el anillo de pedida en su bolsillo y se lo entregué a Taylor personalmente.
- No sabíamos nada - dijo la madre de Richard seriamente.
- Está bien - repliqué - les mantendremos al corriente acerca de la investigación, gracias por su tiempo.
Salí de la sala en la que estábamos y cogí del brazo a Clart mientras le susurraba al oído:
- Los padres ocultan algo, asigna un agente que les siga de incógnito, quiero saber en que están metidos.
- Perfecto - respondió Clart dirigiéndose hacia el despacho de al lado para hablar con el agente.

Yo, sin embargo, decidí volver a casa de Taylor por dos motivos, uno era comprobar si estaba mejor que esa mañana, y otra intentar averiguar algo más.
Esa vez estuve desde las 9:30 pm hasta las 11:00 pm o así en casa de Taylor. Era una chica majísima, resulta que ella de pequeña soñaba con ser policía, así que estuve escuchándola un rato y riéndonos otro largo. Pensé que tal vez así podría sentirse mejor.
La pregunté sobre los padres de Richard y me dijo que ella y sus padres nunca se habían llevado bien.
Lo que, por supuesto, no me sorprendió absolutamente nada.
- ¿Y por qué no os llevabais bien? - pregunté.
- Bueno, su padre siempre ha sido muy amable conmigo. Pero a su madre no le caí bien desde el primer momento - dijo - ella prefería a la anterior novia que Richard había tenido, Rose Clot, se llamaba. Decía que no sabía porque lo habían dejado si siempre habían sido muy felices... etc. - dijo mientras volvía a empezar a llorar.
- Taylor - dije - tranquila, ¿vale?
- Sí... - respondió.
- ¿Qué sabes de esa Rose? - pregunté.
- No mucho, que es muy feliz viviendo en Australia con su marido y su hija - dijo.
- ¿Sabes si Richard y ella mantenían el contacto? - pregunté.
- Se llevaban bien, quedaron como amigos después de la ruptura, pero no hablaban diariamente que yo supiese - dijo.
- Muchas gracias Taylor... Pero debo irme, es tarde y tengo que encontrar al culpable de todo esto. Llámame si lo necesitas - dije mientras salía por la puerta.

El agente que había asignado Clart para la operación de "perseguir" los movimientos de los padres de Richard era un gran policía, lo que me alegró bastante porque sabía que estaba en buenas manos el caso.
Mientras tanto, Dobson y yo estuvimos mirando los últimos movimientos de Rose Clot, pero no había salido de Australia y parecía tener una vida normal y tranquila.
- ¿Qué hay de la madre? - pregunté.
- Bueno, todo es normal, no hay gastos excesivos en las tarjetas de crédito, ni llamadas raras... - dijo mientras comprobaba lo que ponía en la pantalla del ordenador - excepto esto - dijo mientras señalaba un número.
- ¿4 llamadas al mismo número desde oculto? - pregunté - averigua de quien es el móvil al que llamaba.
Y tras teclear durante 3 segundos dijo:
- Es de Dan Belmet - dijo.
- Espera, espera, ¿el número al que llamaba Christina, la madre de Richard, era de Dan, el padre de Taylor?- dije sin creerme ni mis propias palabras.
- Eso mismo - respondió.
- Localizad al padre de Taylor, es decir, a Dan, le quiero aquí, YA - dije.

Sobre las 12 pm apareció por la puerta Dan Belmet, el padre de Taylor.
- Buenas noches señor Belmet - dije - siento haber tenido que sacarle de su casa tan tarde, pero como sabrá por parte de su hija, estamos investigando el asesinato de Richard Mellyson.
- Sí - dijo.
- Mire, aquí le entrego el listado telefónico de la madre de Richard Mellyson, Christina. En la tercera hoja Christina realizó 4 llamadas desde número oculto a su número de móvil. ¿Podría usted aclararme eso? - dije en un tono alarmante.
- Era ella... - dijo.
- Perdone, ¿cómo dice? - pregunté.
- Yo estaba trabajando en mi oficina, cuando de repente sonó el teléfono móvil, lo cogí, aunque era número oculto, y lo único que se oía era una voz de mujer diciendo: " Cuando la unión no es correcta lo mejor es el fin de quien dirige la unión" - dijo.
- ¿Y le llamaron 4 veces diciendo eso? - pregunté.
- Exacto.
- ¿Y por qué no acudió a la policía? - pregunté.
- Fueron solo 4 llamadas y pensé que era una simple broma. Cuando Taylor me llamó para contarme lo de Richard ni si quiera lo relacioné con ello - respondió.
- ¿Usted sabía que Richard iba a pedir matrimonio a su hija? - pregunté.
- No lo sabía, pero estaba seguro de que en algún momento ocurriría, estaban muy unidos y eran muy felices - dijo mientras se apagaba su voz.
- Muchas gracias señor Belmet, vamos a continuar investigando el caso y mantendremos al corriente a su hija y a su familia - respondí.
- Muchas gracias.

- VAMOS A VER CHRISTINA, ME ESTÁ EMPEZANDO A HARTAR, TENGO UN TESTIGO QUE HA OÍDO POR TELÉFONO LOS SIGUIENTE: "  Cuando la unión no es correcta lo mejor es el fin de quien dirige la unión" . JUSTAMENTE 2 DÍAS ANTES DEL ASESINATO DE SU HIJO, RICHARD MELLYSON, QUE IBA A PEDIRLE MATRIMONIO A TAYLOR BELMET, A LA CUAL USTED ODIABA. Y ANDA, RESULTA QUE QUIEN HIZO ESA LLAMADA DESDE NÚMERO OCULTO ES USTED - dije gritando en la sala de interrogatorios mientras señalaba el papel con el listado telefónico - ¿NO PIENSA ABRIR LA BOCA, NO?
- No pienso decir nada - dijo.
- MUY BIEN - grité mientras cerraba de un portazo la puerta.

- Clart yo con esa mujer no puedo más, ¿podríais tú y Dobson intentar contactar con la compañía de teléfono móvil que tiene contratada Christina a ver si tienen la grabación de esa conversación? - pregunté.
- Claro Tryson, pero no te alteres más - dijo dándome golpecitos en el hombro y sonriéndome.
Clart era un chico, bueno, hombre, muy pero que MUY atractivo. Sólo tenía 4 años más que yo, y siempre había tonteado conmigo... Pero a esas alturas yo no me sentía aún con fuerzas de tener otra relación, no había superado la anterior, y además, según las normas, está prohibido mantener una relación sentimental con los compañeros de trabajo, así que, simplemente lo dejaba estar.

Eran las 3 de la mañana y seguíamos teniendo a Christina en la sala de interrogatorios que replicaba una y otra vez:
- ¡SE CUÁLES SON MIS DERECHOS! ¡SI NO TIENEN PRUEBAS CON LAS QUE DETENERME PUEDO IRME! - decía.
Pero en ese momento Dobson saltó del asiento gritando:
- ¡TENGO LA GRABACIÓN! ¡Y DICE EXACTAMENTE LO QUE DAN DECÍA!
Entré en la sala, reproduje la grabación a Christina y dijo:
- Quiero un abogado.
- Muy bien Christina, perderás el juicio - dije.
Salí de la sala cuando llegaba su abogado.
- No tengo más preguntas que hacerle a su cliente, nos veremos en el juicio - le dije.

- Buenas noches a todos, hemos dejado el caso en manos del tribunal en el juicio, porque ha pedido un abogado - dije - esperemos ganarlo.
Y me fui a dormir.

No me había dado tiempo a mirar el móvil en todo el día, así que cuando estaba a punto de meterme en la cama, abrí la carpeta de mensajes de texto, y como no, había uno de Isis:

Tengo una buena noticia Min... ¡La semana que viene nos vemos!
He encontrado un vuelo muy barato y ya tengo prácticamente 
todo empaquetado. Espero que estés tan ansiosa y tan nerviosa
como yo... Te quiero.
PD: llego el jueves a las 10:30 am al aeropuerto, por si tienes un hueco
y puedes ir a recogerme.

Y yo la respondí:

Creo que estoy yo más nerviosa que tú... El piso es enorme, y tengo una sorpresa
para ti. Espero poder estar allí para recogerte si no tengo trabajo,
y si lo tengo mandaré a algún agente de la comisaría guapo a 
recogerte para que se te alegre la vista.
PD: te quiero.





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